La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

San Isidro, la vespertina distracción

Arrastrado que fue Limonero, a ver qué hacemos estas tardes tan largas y calurosas. Con las mulillas llevándose al último toro de Miura, estas tardes de mayo se quedarían huérfanas si no fuese por ese Canal Toros que también nos lleva San Isidro a la salita de estar. Hasta el 5 de junio, festividad de San Bonifacio entre otros, lo que ocurra en Las Ventas del Espíritu Santo va a tenernos la mar de entretenidos. Tras la Feria de Sevilla, el San Isidro madrileño con su chaparrón de corridas que ay del que tenga la obligación de asistir a todas. Nos entretendremos con el empacho de piropos a la primera plaza del mundo, que por lo visto es la única que da y que quita, o a la seriedad del toro de Madrid. Atrás quedó la sempiterna martingala de menospreciar a una afición y a una plaza porque ya no son lo que eran. Pero es que cuando eran, esos mismos decían lo mismo.

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