El balcón

Ignacio / Martínez

Santos sin peana

OBAMA es el último santo caído de su peana. Esta semana ha justificado como presidente lo que criticó como candidato: que los servicios de seguridad de su país vigilen masivamente las comunicaciones telefónicas dentro de Estados Unidos y recopilen datos enviados por internet por extranjeros a través de las grandes redes. Ambos programas los puso en marcha Bush, pero los ha mantenido, en secreto, el último mito de la socialdemocracia mundial.

La frase "no se puede tener un cien por cien de seguridad y un 100% de intimidad; hay que hacer concesiones", la llega a decir Bush en sus tiempos y se lía parda. Al actual inquilino de la Casa Blanca le ha salido más barato. Hay más decepción que indignación. El enojo, en todo caso, se reparte, porque la Agencia de Seguridad Nacional americana y el FBI han accedido en secreto a los servidores de gigantes tecnológicos como Microsoft, Apple, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype o YouTube, con la cooperación de estas compañías. Lo más parecido al Gran Hermano de Orwell en 1984.

Ayer, en las imágenes de televisión vimos a Obama rindiendo pleitesía a Xi Jinping, el presidente de China, país al que Estados Unidos acusa de espionaje por internet. Hay que tener estómago para ofenderse con quienes practican los mismos juegos sucios que uno. Pero, en fin, el desengaño con los políticos es un clásico de nuestra época.

En España, sin ir más lejos, tenemos un presidente que pensaba que su sola presencia al frente del país traería estabilidad y la recuperación económica. De candidato prometió bajar impuestos y criticó al Gobierno anterior por congelar las pensiones. Y en la tómbola de las promesas pregonó, entre otras cosas, que si ganaba las elecciones los autónomos no tendrían que pagar el IVA de las facturas hasta que las cobrasen. Pues subió impuestos, va a bajar las pensiones y el IVA hay que pagarlo cuando se emite la factura. Otro santo sin peana.

Pero claro, aquí en Andalucía tenemos un presidente que nada más llegar al cargo dijo una frase soberbia: que para acceder a un puesto en la Administración regional tendría prioridad un independiente o un técnico antes que un militante de su partido, si tenía mayor mérito o capacidad. Como prueba del algodón, enseguida colocaron a una bailarina con carné de secretaria general de Agricultura, en el lugar que siempre habían ocupado ingenieros (o ingenieras) cualificados. Y para confirmar la sospecha, puso al frente del aparato socialista andaluz a una pareja de escasísimo currículo académico y nula trayectoria laboral o profesional que no fuese el meritoriaje en las juventudes del partido. San Telmo es una peana sin santo.

También Sarkozy dijo aquello de que había que refundar el capitalismo y el G-20 prometió acabar con los paraísos fiscales, donde se calcula que hay escondidos 22 billones de euros. Bobadas. Las promesas sólo comprometen a quien se las cree.

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