Está claro como el agua clara que esta gente que nos maneja ha venido a cambiar a este pobre país aún llamado España hasta darle la vuelta como a un calcetín. Se trata de acabar con la esencia y establecer una sociedad a contracorriente. El último destrozo es un nuevo atentado a la Constitución relegando el castellano a un papel secundario en algunas zonas. El segundo idioma más hablado del globo se orilla en beneficio de algún que otro dialecto, con lo que la pretensión de crear una nueva torre de Babel es lo que aparece en el horizonte de dichos personajes. Una vieja pretensión de ese independentismo de campanario que ha encontrado en Sánchez al cómplice ideal para sus objetivos. Es una felonía más de las muchas que andan perpetrando desde el social-comunismo que nos ha invadido con el único fin de dormir una noche más en la Moncloa, que de eso se trata.
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