Surrealismo indudable. Así como casi siempre es primavera en el Cortinglés, se confirma que, como en Casa Ricardo, durante todo el año es Semana Santa en cualquier punto de Sevilla y de su zona de influencia. Ocurre que esa zona de influencia ya no es la de antes, que tenía en Chipiona por un lado y Matalascañas por otro sus confines. Ahora se ha expandido y con esa extralimitación de sus límites, pues más Semana Santa aún, con esas televisiones locales emitiendo la entrada de los Gitanos en Campana con la audiencia en bañador y dando buena cuenta del espeto de sardinas abundantemente regado con tinto de verano. Eso en la diáspora, que en el centro neurálgico de la cosa el periodismo morado siempre está de guardia. La primavera llega antes que a ningún sitio al Cortinglés y la Semana Santa no descansa en todo el año. Parece ya como ley de vida.
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