PALMA era lugar adecuado para el desquite, para endulzar un tanto las Navidades tras el estrepitoso fracaso de Génova, pero no remató el Sevilla la faena y se vino con un botín que se antoja corto dadas las distancias existentes con el equipo de Manzano. Pero el Sevilla, señoras y señores, es segundo. Ocupa el Sevilla el lugar más alto de cuantos están en liza, ya que el primero, en este curso de monólogo insufrible, no está al alcance de nadie que no se llame Fútbol Club Barcelona, que vaya tela cómo ha coronado el Tourmalet el equipo de Guardiola, con un doce de doce que deja las cosas sólo posibles para él.

La jornada decimosexta ha hecho que se despida 2008 con la sensación de que cualquiera puede lograr lo que sea, incluso bajar a Segunda, pero que sólo el Barça es candidato a campeonar. No se ha cumplido la mitad del campeonato y el equipo azulgrana no sólo se postula para campeón de invierno, sino también de otoño, primavera y verano. Intratable este Barça que deja la Liga con el único interés de las pedreas y la más sustanciosa está agarrada por un Sevilla que puntúa y puntúa aunque no enamore con su juego. En Palma debió ganar, pero es segundo en la tabla y eso debe ser motivo más que sobrado para que lo de Génova no amargue las Navidades.

En cuanto al Betis, la demostración palmaria de que entre titulares y suplentes hay unas distancias siderales. Lo advertimos aquí y hasta lo denuncia el entrenador, que es lo más fiable de cuanto compone el organigrama verdiblanco. Ante Athletic Club se vio con claridad que sus demandas están más que justificadas, pero como en el Betis tienen más predicamento los que le bailan el agua a Lopera que un profesional tan íntegro como el trianero, pues ahí está el Betis, haciendo el ridículo ante un rival tan mediocre como Athletic Club y dándole oxígeno una vez más a Caparrós. Se fue la jornada, el Sevilla se quedó a medias y el Betis pierde altura, una mala despedida.