Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

El Sevilla cayó con las botas puestas

Ante un Bayern colosal, el equipo de Lopetegui forzó una prórroga y acabó en el área rival

Quien da lo que tiene no está obligado a más, pero es que el Sevilla dio mucho más de lo que tiene para morir de pie ante un Bayern superior que tuvo que agarrarse a una prórroga para confirmar su cetro continental. Fue a través de un espectáculo sensacional de fútbol para hombres en el que los de Lopetegui ejercieron con gallardía el papel de yunque, el papel lógico ante el que sin duda alguna es hoy el mejor equipo del mundo.

Se prevé una segunda parte apasionante. Es la sensación que reina cuando se llega al tañido último del primer tiempo. Y es que esa primera fase ha sido un canto al fútbol de verdad, con un Bayern en plan apisonadora frente a un Sevilla compacto, inteligente y que se ha encontrado por delante en el marcador desde los once metros. Es un Sevilla magnífico que compite de igual a igual con el coloso bávaro y que se ve espoleado por ese gol del infalible Ocampos.

El Sevilla ha sabido encontrar petróleo en lo que parecía territorio comanche, pues este Bayern no es cualquier cosa y sigue a ritmo de zafarrancho de combate. Lewandowski perdona ante Bono lo que no suele perdonar y una dejada del polaco la aprovecha Goretzka para poner las tablas en el marcador. Y así se llega a un intermedio que presagia grandes cosas sobre el césped del Puskás Stadion en cuanto eche a andar la segunda mitad de este grandísimo espectáculo.

Y los presagios se confirman, pues el juego sigue siendo trepidante y si el VAR actúa a favor, En-Nesyri juega para el Bayern, pero el Sevilla no sólo se defiende con entereza, sino que se hace respetar cuando sale de la cueva. Llega la prórroga y ahí decide el recién salido Javi Martínez. No pudo ser, es la quinta Supercopa que se le va al Sevilla, pero es que llegar donde llega el Sevilla es admirable y si, además, se da bastante más de lo que se tiene, a ver quién discute a este equipo.

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