TRÁFICO Cuatro jóvenes hospitalizados en Sevilla tras un accidente de tráfico

Jorge benavides

Arquitecto Doctor. Profesor de la ETSA

Sevilla y el genio del lugar

La absurda rampa espiral cerca de la Torre del Oro es una agresión al 'genius' de Sevilla

Los antiguos romanos creían que cada lugar tenía un espíritu característico, su genius loci . Éste, según Aldo Rossi, imprimía singular carácter a la arquitectura y a la ciudad. Fue uno de los estímulos teóricos obtenidos por los arquitectos que ahora han pasado incluso de los cuarenta años. Sin embargo, pocos han conseguido llevarlo a la práctica; siguen prescindiendo del fuerte condicionamiento del entorno construido, tal como se constata por ejemplo, en numerosos edificios de las calles del centro histórico. Ojalá se hiciera permanente el mosaico de Murillo tapando la estéril fachada del Corte Inglés en la Plaza del Duque.

Edificios feos también se construyeron en los ensanches y en la periferia: anónimos, sin atractivo, que pueden estar en cualquier sitio, con necesidad imperiosa de ser reintegrados a la armonía del conjunto, del entorno. Se concibieron bajo los principios del movimiento de la arquitectura moderna que despreció el histórico tejido urbano. Se anteponía el funcionalismo al confort agradable. Edificados cuando todavía no habían llegado, ni la deslocalización, ni el minimalismo hecho con materiales de diseño, ahora, bajo el imperio de la economía capitalista globalizada.

Sevilla se está construyendo desde hace dos mil años, sólo desde 1946 con un Plan. Sin embargo, algunos de los mejores ejemplos han persistido. Otros fueron reducidos a testimonios arqueológicos. Muchos han sido intervenidos para adaptarse a los nuevos requerimientos de uso y de función.

Los palacios de Altamira y de San Telmo, tanto como la antigua Fábrica de Tabacos, ya no son lo que fueron, pero no son piezas extrañas al caserío contiguo, al entorno, al paisaje.

Si se escucha copla en el extranjero, inmediatamente se piensa en España, si flamenco en Andalucía, si sardana en Cataluña. La paella nos remite a Valencia, el salmorejo a Córdoba. España es una unidad con diferencias integradoras, o sea, no excluyentes. Hasta los sentidos tienen su lugar. Enriquecen la identidad que da el "ser de"; "estar en", solamente facilita la obtención del código postal y del número fiscal.

Sevilla tiene un encanto especial con refinamientos que amalgaman el verde oloroso del naranjo con el rumor del agua y la armoniosa relación del ladrillo, el hierro y la flor. Algo de esto tiene la arquitectura regionalista tal como se aprecia en el Parque de María Luisa, con su lejano vínculo que lo une al Real Alcázar, como si en el edificio se escondiera el genius protector del lugar.

La absurda rampa espiral cerca de la Torre del Oro y la intervención en el Pasaje Villasís son agresiones al genius de Sevilla.

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