Fragmentos

Juan Ruesga Navarro

Sevilla, norte y sur

LAS ciudades tienen un código genético, resultado de su territorio y la acción del tiempo y sus habitantes. En Sevilla han sido determinantes tres factores para dar lugar a la aparición y desarrollo de una ciudad. Un río caudaloso (¿qué ciudad importante de la historia no está a la orilla de un río o del mar?). Que este río fuese navegable. Y que hubiera una pequeña altura que emergiera siempre por encima de las aguas que de vez en cuando se desbordaban. Y así creció nuestra ciudad. Apoyada en un cauce del río que se orienta de norte a sur. Un río que protege y amenaza. Por el norte venían las avenidas e inundaciones. Por el sur se remansaban como puerto fluvial, hasta el que llegaban las mareas y los aires salinos.

Por eso, hace siglos, en la ciudad que creció detrás de sus murallas, se colocaron los edificios nobles al sur y se reservó la zona norte para otros usos. El Alcázar está al sur. La leprosería de San Lázaro, al norte. La universidad de mareantes de San Telmo, al sur. El Hospital de la Sangre, al norte. Cuando se pensó en un nuevo cementerio para Sevilla, se colocó al norte. Unos años después, la ciudad planificó nuevos espacios y parques, donde se asentó la Exposición de 1929 y las residencias de más nivel de la nueva ciudad. Naturalmente, al sur.

Por eso, nuestro casco histórico durante años ha sido dos ciudades en una. El sur quiso ser imagen de toda la ciudad, antigua con el barrio de Santa Cruz y nueva con el derribo de murallas del siglo XIX. ¿No se han preguntado por qué los únicos lienzos de muralla que quedaron en pie son los del norte, en la Macarena? Por el norte no iba a crecer la ciudad burguesa. La ciudad para enseñar a los visitantes terminaba en la Plaza del Duque y la Encarnación. Y poco más. Más allá estaba una Sevilla real, pero en gran medida sólo para sevillanos. Podemos preguntarnos: ¿esta tendencia norte-sur no ha tenido cambios? Pues sí. Quizás la más significativa fuera la iniciativa del Conde de Barajas, al desecar la insalubre laguna que ocupaba parte de la zona norte y plantar una Alameda, que desde el XVI es lugar de paseo y esparcimiento para los sevillanos. Más recientemente, la tendencia se ha ido poco a poco corrigiendo con actuaciones importantes. Quizás la principal sea la ubicación del Parlamento de Andalucía en el gran edificio del Hospital, rompiendo una preferencia hacia el sur, que quizás lo hubiera colocado en la Plaza de España.

Leo que el Festival de Cine de Sevilla va a desarrollar mayoritariamente sus actividades en el entorno de la Alameda. Muy buena idea. En el antiguo cuartel de la Policía Armada a caballo, convertido en Teatro Alameda. En las partes habilitadas de los conventos de San Clemente y Santa Clara. En el Palacio de los Marqueses de la Algaba. Allí está la Casa de las Sirenas, convertida en centro cívico. Y los cines Avenida y Alameda. Y espero que el Teatro Cine Cervantes, el más antiguo salón de espectáculos de Sevilla que funciona ininterrumpidamente desde su apertura, sea una pieza clave de los nuevos tiempos del Festival. En el norte.

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