Día grande para el fútbol según Sevilla en general y muy en particular para un Sevilla Fútbol Club que acude a su sexta cita con la gloria que supone optar al trono continental. En la otra orilla espera el que posiblemente sea el equipo más potente del universo, ese Bayern Múnich que mete miedo sólo con oír su nombre y que intimida a cualquiera menos a este Sevilla que nunca se rinde y que se sube a las barbas de los más poderosos.

Sexta oportunidad para un equipo que empezó esta andadura en el verano de 2006 doblegando en el Luis II monegasco al intratable Barça. Los goles de Renato, Kanouté y Maresca abatieron a aquel Barça que dirigía Frank Rijkaard y que ya contaba con un jovencito Messi formando tridente con Eto'o y Ronaldinho para una vanguardia fantástica. Aquel último viernes de agosto de hace catorce años inscribía su nombre el Sevilla como rey de Europa y hoy puede bisar.

A ver si hoy puede el equipo de Nervión repetir la faena tras cuatro intentonas frustradas. Milan en un tiempo de luto por la desaparición de Antonio Puerta, dos veces el Madrid de Cristiano y de Sergio Ramos y una del intratable Barça del mejor Messi se interpusieron en el camino sevillista, pero hoy en Budapest, la tierra de Kubala y de Puskas, va el Sevilla al abordaje de un nuevo logro. Y a fe que este Sevilla que nunca se rinde hará cuanto esté a su alcance para lograrlo.

¿Y es posible que el Sevilla logre el cetro continental? Pues naturalmente que es posible por muy temible que parezca el rival. Ese Bayern, que lo mismo le mete ocho al Barça que al Schalke, tiene mucha fuerza intimidatoria, pero el Sevilla lleva demostrando desde aquel jueves de Feria de 2006 con el zurdazo de Puerta que nada le es imposible. Hoy oposita por sexta vez al trono europeo y como pasó aquella noche del verano monegasco, ¿por qué no va a conseguirlo?