DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

El Sevilla, entre la realidad y el deseo

Carolina Alés inquietó al sevillismo diciendo lo que todos pensaban y ninguno osaba decir

Duelen en lo más hondo del alma las verdades, pero la realidad suele ser la que es y casi nunca lo que uno quiere que sea. Antier noche, en la junta general del Sevilla hubo una persona que dijo lo que el corazón y no la cabeza le dictaba y aquello ardió. Desgraciadamente, Carolina Alés, la hija del gran Roberto Alés, dijo lo que todos pensaban y nadie decía, que las acciones de una sociedad anónima suelen ser para quien puede comprarlas.

Puede eso sonar a obviedad infantiloide, pero es que las obviedades más o menos infantiloides han llegado a esa categoría porque el mero paso del tiempo así lo ha querido. En la situación accionarial que vive el Sevilla hay dos protagonistas, o culpables si así lo prefiere denominar. Uno es el que ha acumulado acciones a fin de dejar solucionada la vida de varias de sus generaciones posteriores, eso está claro, pero también el que ha vendido su paquetito a precio de pelotacito.

El Sevilla de la hora es un club riquísimo y más ricos que van a ser los que lo sacaron de la ruina para ponerlo en la cumbre continental. Eso es así, lo diga quien lo diga, pero los ejemplos vividos en nuestro fútbol tras la llegada de capital exógeno mueven a que el sevillista se inquiete. Incluso ese sevillista que pudo comprarse un gran coche con lo que le dieron por su paquetito está en condiciones de inquietarse, lo que pasa es que no está legitimado para impedir que otros hagan lo mismo.

En esta ciudad tenemos la experiencia de lo que pudo ocurrir en el Betis y que un grupo de béticos con Adolfo Cuéllar en cabeza impidió. Hoy, la atomización accionarial hace casi imposible que entre un extraño en la casa, lo que tranquiliza al personal. Carolina Alés inquietó al sevillismo y, curiosamente, algunos de los inquietos son los causantes de que hoy estén tan concentradas las acciones del Sevilla. Y es que, la realidad no siempre va de la mano del deseo. Dolorosamente.

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