Sevilla, sus teatros y la peste

Abrir teatros y auditorios con un tercio de aforo no es realista desde el punto de vista de la gestión

La Junta de Andalucía ha declarado Bien de Interés Cultural tres teatros de Sevilla, el Cervantes y el Trajano, antiguo Salón de Variedades, en la calle Amor de Dios y el Teatro Cine Llorens en la calle Sierpes. Buena noticia. Feliz resultado de un proceso iniciado en 2012 por un grupo de profesionales de la arquitectura y de las artes escénicas y que contó desde el primer momento con el apoyo del Colegio de Arquitectos y de la Asociación de Defensa del Patrimonio. No podemos olvidar a las administraciones que tuvieron la sensibilidad de recoger estas peticiones y montar los expedientes, con la ayuda de un equipo de arquitectos que ha puesto al día los planos y fotografías de los tres teatros, objetivando y documentando sus méritos arquitectónicos, patrimoniales e históricos. Sin la iniciativa de los que alegaron en su momento y sin el apoyo de las instituciones que hicieron caminar el expediente, no se habría conseguido. Gracias. Ahora el futuro de esos edificios y un uso acorde con sus méritos depende de los sevillanos. Lo urgente, evitar su derribo o desnaturalización ya se ha hecho, aunque haya tardado ocho años. Ahora, deben tener vida y uso y dependerá de sus propietarios y de la sensibilidad y real querencia de nuestras cosas que demostremos, en el día a día de la ciudad, todos nosotros.

El momento para la buena noticia es malo, con todos los teatros de Sevilla cerrados por mor de la pandemia.

Claro que no es la primera vez que estamos con los teatros cerrados. La Sevilla del Siglo de Oro era una ciudad para el teatro. Y junto a un público que seguía y llenaba los corrales de comedias, siempre hubo una corriente en contra del arte de Lope y Calderón. Encabezada por Miguel de Mañara, consigue el objetivo de cerrar todos los teatros en 1679, con la ayuda del padre Tirso González, que predicaba desde el púlpito: "... que no entraría la peste en Sevilla si se desterrasen las comedias...". Ahora ha sido al revés. Hemos cerrado todo, también los teatros y auditorios, para poder acotar la epidemia. En el XVII tardamos cien años en volver a tener teatros en Sevilla. En esta ocasión, aún no tenemos perspectivas reales de cuándo van a poder recuperar el pleno funcionamiento. La idea de que abran con un tercio de aforo es poco realista desde el punto de vista de la gestión. Hasta que no puedan abrirse con más de media entrada no serán viables. Y entonces habrá que mejorar la programación para que venga a nuestros escenarios lo mejor que se produzca en teatro, danza y música y, a su vez, producir y estrenar en Sevilla espectáculos para que vengan aquí de todas partes para poderlos disfrutar en estreno. Y ahí no puede faltar el flamenco de primer nivel. Cuando el Auditorio de Fibes, el Cartuja Center, el Maestranza, el Lope de Vega y todos los demás teatros y salas de la ciudad estén en pleno funcionamiento y los Cervantes, Trajano y Llorens iniciando una nueva vida, entonces podremos estar seguros de que la epidemia pasó.

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