La ciudad y los días

Carlos Colón

La Sevilla temazo

TODAS las ciudades europeas que protegen sus cascos históricos restringiendo el tráfico cuentan con eficaces alternativas de transporte, fundamentalmente el metro. Elemental, querido Watson: si se quiere limitar el uso de los coches hay que ofrecerles a los ciudadanos alternativas. En Sevilla, como nos contaba ayer Ana S. Ameneiro, somos más originales: se restringe el tráfico sin ofrecer alternativas. "Frente al modelo europeo de garantizar el transporte público masivo antes de limitar el tráfico privado -escribía-, el Ayuntamiento sevillano no parece dispuesto a dilatar el cierre del centro hasta tener una buena red de transporte público". Es que aquí somos europeos y modernos a nuestra manera. Ésta sigue siendo la ciudad en la que el dueño del puesto de agua que había junto a la Giralda -un carrito de madera pintado de verde y blanco con búcaros metidos en agujeros- ponía un cartelito que decía "Cerrado. La empresa" cuando se iba a alegrarse la vida a una taberna cercana.

Parecida es la forma institucional de modernizar la ciudad. Escribo institucional porque mientras quienes nos gobiernan parecen el Miguel Ligero de Morena Clara o el Manolo Morán de Bienvenido, Mr. Marshall tuneados, mientras modernizan Sevilla como en YouTube han convertido en temazo los Doce cascabeles del pobre Joselito, hay miles de sevillanos que cada día hacen un ingente esfuerzo para modernizar de verdad -empresarial, comercial, educativa, sanitaria o culturalmente- su ciudad. Quienes deberían fomentar, encauzar y facilitar desde los poderes públicos estos trabajos parecen empeñados en obstaculizarlos y desalentarlos, despilfarrar los valiosos dineros públicos de estos tiempos de crisis en obras faraónicas sin proyecto ni viabilidad o hacer cada día más difícil e ingrato el uso de la ciudad.

En la Sevilla-temazo se restringe el tráfico en nuestro enorme centro histórico sin dar alternativas de transporte mientras Tussam pierde 1,7 millones de usuarios y reduce a 11 km/h la velocidad comercial, como anteayer informaba Carlos Navarro Antolín. Sumen los dos artículos y tendrán un retrato de lo que aquí se entiende por gestión eficaz, modernidad y europeidad. Como escribía Ameneiro, "la osadía del gobierno local sevillano contrasta con la prudencia de Cracovia, que ha paralizado su proyecto de restringir el tráfico de 0,4 kilómetros cuadrados de su centro (ocho veces más pequeño que el de Sevilla) por el retraso de las inversiones previstas para construir aparcamientos subterráneos y un tranvía rápido que compensen el corte". ¡Qué poco modernos y europeos son los polacos!

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