Esta primavera ha sido negra. El mundo ha sido oscuro en relación con las muertes ocurridas con la Covid-19, originada por un virus aún de incierto origen, y también por los agudos problemas económicos que ha sufrido parte importante de la población de nuestra ciudad. En realidad quiero hablar de la Sevilla verde, pero cuando empecé a escribir me pareció que debía hacer un justo preámbulo ante la situación que vivimos. He paseado la ciudad y nunca me ha parecido más verde pisando sus calles nuevamente, como cantó Pablo Milanés. Los árboles están llenos de ramas y hojas. ¿Por qué está el arbolado viario de Sevilla más espectacular que nunca? Bajo mi punto de vista hay dos razones. Primera, la meteorología. Esta primavera ha sido muy favorable y la naturaleza responde. Segunda, no se ha podado. He recorrido calles de Sevilla y he visto las tipuanas, los brachichitos, las jacarandas, los naranjos y otras especies de nuestro bosque urbano. El Servicio de Parques y Jardines de Sevilla cuenta con excelentes técnicos, con actitud generosa y profesionalmente competentes, no me cabe duda. Sus técnicos saben que el árbol que no tiene porte natural no funciona adecuadamente y no rinde los servicios ecosistémicos que la ciudad precisa. El efecto de isla térmica urbano se ve disminuido con el arbolado de calles, parques y jardines. La calidad del aire aumenta con una infraestructura verde bien diseñada y gestionada. El confort ciudadano y las posibilidades de socialización a través de la convivencia en las calles se incrementa con la sombra de los árboles. Yo rogaría al Servicio de Parques y Jardines que, tras ver la ciudad esta primavera, pensara si tenemos que remodelar la política de podas en el siglo XXI para una ciudad más ecológica, social y saludable. Nunca hemos necesitado tanto del verde urbano, con su capacidad de incrementar nuestra salud ahora y en el futuro próximo. Pero la ciudadanía debe también saber lo que pide y los políticos modular esas peticiones, y para ello hace falta más conocimiento sobre el papel del árbol. El ciudadano a veces tiene razón y otras no, y hay que explicárselo. Creo que hace falta más pedagogía hacia la ciudadanía por parte del Ayuntamiento de Sevilla. El Servicio de Parques y Jardines ha elaborado un díptico explicando las podas, es muy loable y ruego se profundice en una mayor información acerca de los servicios que suministran los árboles. Actualmente hay protestas porque se anuncia la poda en un determinado árbol. A veces la necesidad de quitar una rama sólo se ve, en especies caducifolias, cuando crecen las hojas. Por eso hay podas tardías por seguridad vial. Necesitamos una ciudad biofílica y para ello precisamos que los árboles crezcan con porte natural y podas, las imprescindibles bajo criterios científicos para que el árbol funcione como ser vivo y no genere peligro para la ciudadanía. Es el momento de replantear el modelo de ciudad que necesitamos y el arbolado es esencial.
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