EL café para todos no está de moda. Los principales pensadores políticos del momento critican sin ambages el diseño del Estado de las Autonomías. Y ayer en La Rábida, en otra versión, un admirable análisis crítico sobre la universidad española, el ex rector de la Universidad de Vigo reclamó alejarse lo más posible del café para todos al asignar recursos para la investigación universitaria. Domingo Docampo propugna primar la relevancia, para impulsar el liderazgo científico individual de los mejores. Es lo que antes llamábamos excelencia, término devaluado de tanto uso gratuito.

Este doctor en Matemáticas ha investigado el ranking de Shanghai, con el que se clasifica a las universidades del mundo desde 2003 por su producción investigadora en calidad y cantidad, y por su excelencia académica reconocida en premios o citas en publicaciones científicas. Hay que agradecerle al rector de la Universidad Internacional de Andalucía, Eugenio Domínguez, semejante lección inaugural del curso académico de la UNIA. Una intervención nada complaciente no es habitual. España no tiene universidades entre las 200 primeras de ese ranking. Y sólo 10 entre las 500, entre ellas Granada. El deficiente resultado ha llevado a muchos rectores, como el de la de Málaga, a desdeñar el sistema de puntuación.

El profesor Docampo, sin mitificar el ranking de Shanghai, lo ha trabajado seriamente. Sostiene que hay que primar a los grandes científicos de la universidad española que hacen investigación básica o aplicada de primera categoría mundial, que no representarían más de un 20% del total. Y añade que si las universidades nacionales dispusieran de ingentes recursos no observaríamos de inmediato una mejora sustancial en la producción científica. En otras palabras, que lo importante no es sólo cuánto dinero hay, sino cómo se gasta. En su opinión, España ha superado la asignatura de la cantidad, pero tiene un sistema investigador demasiado homogéneo, escasamente diverso y nada acorde con su nivel de riqueza y desarrollo.

Puso una comparación demoledora. Australia tiene la mitad de población que España y su PIB per cápita es algo superior al español. En 2004 tenía dos universidades entre las 100 primeras de Shanghai y había una española entre las 200 primeras. En 2013 había cinco australianas entre las 100 primeras y ninguna española entre las 200 mejores. Entre 2004 y 2013, Australia pasó de 14 a 19 universidades en el ranking de las 500 y España de nueve a diez. "O corres de verdad o te quedas en el mismo sitio", dijo. Tal parece que estemos parados.

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