La ventana

Luis Carlos Peris

Sindicatos aferrados a la opacidad

TRANSPARENCIA, señor, pero en mi casa no. Así suena la negativa de los sindicatos a someterse a la Ley de Transparencia. Fiscales feroces de los demás, siempre que no estén en su onda, claro, se niegan en redondo a declarar de dónde proceden sus ingresos. Afirman que el grueso de lo que reciben es dinero privado, pues llega directamente del bolsillo de los afiliados. Y esos líderes tan escrupulosos en apariencia dicen que no llega al 4% el dinero público que perciben, ergo no tienen por qué someterse a la Ley de Transparencia. Y si eso es así, pues muy bien, y como cualquiera al que se le recorte el 3,8% puede seguir viviendo sin grandes problemas, pues lo lógico sería que los sindicatos dejasen de recibir tal dinero. A partir de ahí, sólo a partir de ahí, estarían en condiciones de regatear esa ley tan aparentemente molesta como la de Transparencia.

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