Opinión

Manuel Jiménez / Secretario General De / MCA-UGT Andalucía

Siniestralidad cero, una responsabilidad de todos

LA siniestralidad laboral sigue siendo una asignatura pendiente para todos. Administración, empresarios, sindicatos y los propios trabajadores tenemos la obligación moral de trabajar concienzudamente y en estrecha colaboración para que, un año de estos, celebremos como es debido la jornada que hoy conmemoramos: el Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.

Los últimos datos nos alertan del grave repunte de los accidentes mortales en los sectores que engloba la Federación de Metal, Construcción e Industrias Afines de UGT en Andalucía. A día de hoy, el número de fallecidos duplica a los del mismo periodo de 2007. Las cuentas no salen y los resultados están siendo inversamente proporcional a lo perseguido (a más medidas, peores datos).

Significativo es el caso de la construcción que, inmersa en una etapa de recesión económica, añade otra cifra a su saldo negativo. Los trabajadores andaluces que han perdido la vida en los tajos se han incrementado en un 70% respecto al mismo periodo del pasado año. Algo incomprensible en pleno siglo XXI y con la legislación más moderna de Europa en la materia.

Llegan las vacas flacas para constructoras, inmobiliarias e industrias afines. Toca ajustarse el cinturón, pero no a costa de los trabajadores. Desde MCA-UGT Andalucía no vamos a permitir que se devalúen, o directamente se eliminen, las medidas de seguridad para compensar la falta de liquidez o reducción de costes de las empresas. El sindicato siempre será la mejor la vía para denunciarlo.

El binomio edad-precariedad resulta ser una mala combinación. La mayoría de los fallecidos tenían menos de 30 años y más de 50, dos colectivos ya de por sí desfavorecidos en el mercado laboral por sus escasas oportunidades. Esto justifica nuestra reivindicación -elevada ya al nuevo Ejecutivo- para conseguir que los trabajadores a pie de obra puedan jubilarse a los 60 años, sin penalización alguna. No es una cuestión de privilegios, sino de justicia social.

También confiamos en la Tarjeta Profesional de la Construcción como medida correctiva. Este documento impone al trabajador como requisito indispensable tener una formación en prevención de riesgos laborales.

Creemos que la clave está en la formación y el fomento de la prevención. Ante la desidia y falta de rigor de empresarios y Administración, está la propia obligación del trabajador de velar por su seguridad. También la de la Fiscalía creada al efecto, para que actúe con contundencia, mano dura y beligerancia.

Desde aquí hago una llamada de atención a las conciencias y a la responsabilidad de cada uno. La unión hace la fuerza necesaria para frenar esta espiral. Lo importante no es tener leyes, medidas y planes, sino aplicarlas. El objetivo de siniestralidad cero es una responsabilidad de todos.

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