DESGRACIADAMENTE, una puerta se desplomó, seguramente fatigada por el paso del tiempo, y no pudo ser el Antiquarium quien escenificase este prodigio, pero el prodigio buscó su espacio y he ahí cómo una nueva dimensión de la Semana Santa se muestra desde ayer a la ciudad. Cuando todo parecía contado de nuestra gran fiesta surge La Caja de la Semana Santa, una visión multidimensional que nace de la imaginación feraz de las nuevas generaciones. Lo que se ha dado en llamar periodismo morado ha parido una obra para la historia con textos bien enjaretados de Diego J. Geniz y el empuje de jóvenes y muy bien documentados fotoperiodistas. Bajo el reclamo de que estamos en la fiesta de los sentidos, esta obra es una sobredosis de material sensible con epicentro en San Lorenzo e incursiones de ida y vuelta a Triana o al Arco, qué más da que da lo mismo.