DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

La esquina

josé / aguilar

'Sorpasso' a la vista

LOS principales partidos políticos afrontan las ya inevitables elecciones generales como la segunda y definitiva vuelta de las del 20-D. Repiten líderes, repiten listas, repiten programas y -lo peor- repiten campaña, aunque esta vez incorporarán un elemento nuevo: la culpa de que estemos bloqueados es únicamente de los otros.

Sólo habrá un cambio en el panorama preelectoral, pero no de poca monta precisamente. Se trata de la eventual pérdida de la hegemonía de la izquierda por parte del PSOE. No ha pasado nunca. Ni en los mejores tiempos de Julio Anguita ni de Luis C. Rejón en Andalucía, en los años noventa del siglo pasado, se podía imaginar siquiera que la izquierda poscomunista iba a superar a la socialdemocracia de Felipe González o Manuel Chaves. Todo lo más, influirla, condicionarla y cortar su derechización.

El sorpasso a la española era entonces un deseo con el que estimularse y una utopía por la que trabajar. Ahora, ante la cita del 26 de junio, el sorpasso tiene visos de convertirse en realidad. La diferencia es que en aquel escenario virtual y desiderativo toda posibilidad de adelantamiento al PSOE giraba en torno a Izquierda Unida y en el contexto actual IU será sólo el compañero de viaje de una fuerza política imberbe, con dos años de experiencia y grandes dosis de adanismo y arrogancia, producto de un éxito electoral espectacular y quizás prematuro.

La aspiración del más que emergido Podemos y de la menguante IU no resulta nada descabellada. La suma de sus votantes en diciembre superó la de votantes del PSOE, las encuestas coinciden en que cuando se vuelva a votar ocurrirá lo mismo -está por ver si también en el reparto de escaños- y, pasada su frustrada investidura, la figura de Pedro Sánchez no ha quedado fortalecida como para disputarle el triunfo al PP, ni siquiera como para acallar la potente disidencia dentro del PSOE (que es disidencia con su liderazgo, nada de ideología ni estrategia).

A materializar un acuerdo para ir juntos a las elecciones y echarle la pata a los socialistas se están dedicado en los últimos días Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Es una negociación entre desiguales, muy desiguales, pero ambos harán todo lo posible por culminarla con éxito. El primero se juega su papel protagonista en la política española; el segundo, su supervivencia.

No crean que va a ser fácil. Mañana hablamos de algunas chinitas en el camino.

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