La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Súbditos en el reino de la zafiedad

Indudablemente, aquellos lodos de la crisis que tanto cabrearon al personal trajeron los polvos de una leva de políticos que ni a imaginarse uno que pudieran llegar tan alto. Y así nos encontramos con diputados zarrapastrosos, alcaldes impresentables y ediles que no hay por dónde cogerlos. Por si fuera poco, el altavoz de esas cloacas sociales que anida a gente que nunca hubiera pasado de escribir en las paredes o en la intimidad del retrete, o artistas de tres al cuarto que cuando hablan impelen a que den ganas de bajarse en la próxima estación de un viaje cada día más incomprensible. Así cuando ocurre algo que debiera llevar a la conmiseración surge un impresentable, o muchos impresentables, que desea lo peor de lo peor con un lenguaje desagradablemente zafio y que hace que nos preguntemos por qué tan mal empleado el dinero de nuestros gravosos impuestos.

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