Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Sucedáneos

Ni la Semana Santa, como se acaba de ver, ni la Feria admiten remedos que no pueden salir bien

Al alcalde sus proyectos de futuro no deberían nublarle la visión de los problemas del presente. Juan Espadas está lanzado -a falta en este momento de otros nombres- a la conquista del liderazgo del socialismo andaluz para convertirse en candidato de su partido para recuperar la Junta en las próximas elecciones autonómicas. Hace bien: el PSOE necesita una renovación en profundidad de caras y talantes porque desde que perdió el poder regional es una especie de pollo sin cabeza que despierta escaso entusiasmo, incluso entre bolsas importantes de su electorado tradicional. Hay un sentimiento que cada vez se extiende más entre la opinión pública y que se podría resumir en que nadie echa demasiado de menos a los socialistas en el Gobierno regional. Espadas representa un perfil moderado, negociador y transversal que le puede venir muy bien a las venerables siglas que representa.

Pero haría mal en perder la perspectiva de la situación que atraviesa la ciudad y en dar argumentos a los ya le plantean una batalla política pensando en lo que viene. Después de la Semana Santa de colas eternas en las iglesias y calles y bares abarrotados, el mero planteamiento de acciones en la calle que evoquen la Feria es, sencillamente, un dislate que no puede salir bien. Ni la Semana Santa admite sustituciones ni la Feria se puede cambiar por sucedáneos destinados a convertirse en remedos catetos. Se supone la buena intención y el deseo de mover lo que se pueda los negocios que viven de la calle en base a llenarlas de gente, pero cabe preguntarse si eso es lo que hay que hacer en estos momentos, cuando las UCI del Hospital Militar, las que se destinan a los enfermos más graves de Covid, están a punto de reventar tras los excesos de la Semana Santa y los ingresos hospitalarios empiezan a contarse otra vez por centenares.

Vivimos tiempos muy complicados en los que la responsabilidad de los políticos debe extremarse. Encontrar un punto de equilibrio entre la protección de la salud pública y la puesta en marcha de medidas de reactivación de la actividad es todavía un empeño imposible en una economía que no tiene más palanca de empuje que todo lo relacionado con el comercio, el turismo y la hostelería; es decir, con la calle. Pero cuando se empieza a ver ya el final del túnel, gracias a la vacunación, es cuando hay que mantener la cabeza más fría y no dar la impresión de que ya está todo hecho y podemos empezar a relajarnos. El alcalde mantiene que nada se hará sin asegurar las medidas sanitarias. Lógico. Pero incluso lo que se anuncia para los próximos días, por inocuo que pueda parecer, es cualquier cosa menos una buena idea y un político con la experiencia de Juan Espadas debería ahora, más que nunca, evitar este tipo de errores.

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