Solvente, con una insultante superioridad, el Sevilla no sólo se zampó el primer purgante, sino que mira al segundo con esa sobredosis de confianza que le ha proporcionado el primero. Tanto a orillas del Guadalquivir como en las del Danubio, el Sevilla mandó al Ujpest a la lona por la vía rápida, sin intercambio de golpes más allá del golazo conseguido por Zsoter que sólo sirvió para maquillar mínimamente el marcador.

La exitosa confrontación doble con el Ujpest ha deparado buenas nuevas como la de haber reencontrado Sarabia su mejor nivel y que si se añade a la actuación de Navas en la ida hacen darle mucho pie al optimismo de la clientela. Han sido dos puñetazos en la mesa lo que el Sevilla ha dado en el momento más oportuno, en un momento en que la inquietud iba in crescendo por una serie de noticias que, según el presidente, no tenían ni un gramo de veracidad; en fin...

Aunque el Ujpest Dosza de hogaño no representa nada, el 7-1 global que el Sevilla le ha endosado no es baladí. Es, además, una inyección de confianza para el próximo purgante con el Zalgiris y un bombazo de oxígeno para la cita del 12 en Tánger. Lo peor de toda esta ensalada de partidos que se le ha preparado al Sevilla para echar fuera la canícula es el largo viaje a Lituania cuatro días después de la Supercopa y tres antes de su comparecencia en Vallecas, Payaso Fofó s/n.

Paralelamente y bajo la vieja conseja de un piano piano se va lontano que otros traducen por más vale tarde que nunca, Caparrós anda trayendo futbolistas a pares sin que haya un convencimiento real de que son los que demanda este laureado Sevilla. Pero agosto, y la vida, avanza, el equipo camina a paso firme por el purgante, Tánger, Lituania, Vallecas asoman en lontananza y el fútbol se hace puritito vértigo cuando aparece la calor y se huele que apesta el fuego real.