La esquina

josé / aguilar

Tania, la infanta del pueblo

ATania Sánchez, la candidata de Izquierda Unida a las elecciones de Madrid, le han buscado las cosquillas desde que saltó al primer plano de la política madrileña. Con tanto éxito -las cosquillas- que han encontrado un mensaje suyo en la red calificando de increíble que la infanta Cristina pretenda no haber conocido las andanzas ilícitas de Iñaki Urdangarín.

Tania ha negado ahora, en una comisión que investiga presuntas irregularidades en el Ayuntamiento de Rivas del que fue concejal entre 2007 y 2011, que supiera que su hermano, Héctor Sánchez, era administrador de una cooperativa, Aúpa, a la que se concedió un contrato municipal por importe de 137.000 euros para talleres musicales, refrendado por ella misma.

En realidad, la cooperativa sociocultural Aúpa facturó al Ayuntamiento de Rivas 1,2 millones de euros. El padre de Tania y Héctor, Raúl Sánchez, que era igualmente concejal, aprobó con su voto la mayor parte de los contratos obtenidos por la cooperativa, y también dice desconocer que su chico era el administrador, a pesar de que la sede de la empresa se instaló en la casa de sus padres desde 2003. Se ve que los Sánchez no hablaban de negocios en la sobremesa.

De momento los ediles, padre e hija, se colocaron fuera de la legalidad. La Ley de las Administraciones Públicas obliga a los familiares directos de cualquier adjudicatario de contrato público, sea o no administrador, a comunicar al órgano municipal decisorio su parentesco y a ausentarse de la votación sobre dicha concesión. Ninguno lo hizo. Ni el padre ni la hija.

Y aparte de la ley, está la ética, norte y guía de la conducta de los cargos públicos según pretensión de IU (y de otro partido al que está vinculado afectivamente Tania Sánchez, aunque ahora no viene al caso). La ética más elemental implica que un responsable político no puede utilizar la institución que representa para beneficiar a su familia. Creo que eso se llama nepotismo.

Lo más curioso es lo que decía al principio: la misma Tania Sánchez que se burlaba de que la infanta Cristina alegara ignorancia acerca de las actividades fraudulentas de su marido es la que alega ignorancia sobre el papel directivo de su hermano en la cooperativa a la que ella misma, y papá, concedieron contratas siendo concejales. Una ignorancia culpable frente a una ignorancia inocente. Doble vara.

¡Y sigue siendo candidata de IU!

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