Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Tempestad en el Congreso

La sentencia del TC que valida el "por imperativo legal" también exige un acatamiento pleno e inequívoco de la Constitución

Se veía venir que la sesión constitutiva del Congreso no tendría nada de pacífica. A ella iban a asistir los políticos catalanes en prisión provisional por los sucesos del 1-O: Oriol Junqueras, los Jordi, Sanchez y Turrull, y Josep Rull con la condición de que no hicieran declaraciones ni grabaran vídeos, haciendo publicidad de la pretendida independencia de la República catalana. La prohibición de declaraciones era ya inútil, porque mientras se tramitaba su solicitud de asistencia se habían despachado a gusto: "Vamos llevar al país a la libertad"; "servimos a la gente que votó para ser libres"; "Cataluña puede decidir su futuro y que, por el diálogo, gane la democracia plena y la libertad"; "la nuestra no es la causa de Cataluña, es la causa de la libertad"; "el Estado español acalla a todo el que discrepa". Conclusión: para ellos en España no hay libertad, lo que implica que estamos en una dictadura.

Con este precedente no puede nadie extrañarse de la penosa sesión constitutiva del Congreso el pasado martes. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, consintió todo lo consentible y mucho más en cuanto a la fórmula de acatamiento de la Constitución. En su currículum figura como profesión "profesora de Derecho Constitucional", por lo que debe saber que el TC, en la sentencia que daba por válido "por imperativo legal", también exigía el "acatamiento inequívoco, incondicional y pleno de la Constitución". ¿Creen ustedes que la fórmula elegida por los políticos catalanes cumple ese requisito? Pues, para ellos "no se ha mermado la esencia del acatamiento", conclusión sólo aplaudida por los de Unidos Podemos. Con el precedente de esta sesión, parece que el cargo le viene ancho a Batet y que se avecinan sesiones tormentosas. Contrastó su falta de habilidad para dirigir el debate con su compañero de partido que por razón de edad presidió la Mesa del Senado. Agustín Zamarrón, que llamó la atención no sólo por su poblada barba blanca, que hace recordar a Valle Inclán, sino también por su habilidad para dirigir el debate.

Se vio en la transmisión el interés de Junqueras por hablar con Pedro Sanchez. Primero lo saludó estrechando su mano, lo que entra dentro de la cortesía parlamentaria. Lo que resultó excesivo fue que, en otra ocasión, interrumpiera a Sánchez, que hablaba por teléfono, para insistirle en pedir una entrevista. El suceso provocó toda clase de especulaciones y tendrán que buscar una ocasión fuera del Congreso, porque es de suponer que a Oriol le suspendan como diputado, con lo que la entrevista tendría que ser en la cárcel.

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