EMITIDAS 11 entregas de las 13 que conforman una temporada, es tiempo de hacer balance de lo que ha dado de sí Torres y Reyes, una rara avis dentro de la producción propia de TVE. Entre tanto programa dedicado a emprendedores y a mostrar las excelencias de nuestros productos, el espacio dirigido por Santi Tabernero ha supuesto una bocanada de aire fresco en nuestra anquilosada televisión. No en vano es fruto del nuevo departamento de I + D de la casa, y arrancó con el objetivo de desarrollar al máximo las nuevas tecnologías.

Eso es lo que en primera instancia llama la atención, la realización. La prodigiosa realización firmada por Gustavo Jiménez Vera. El hecho de que la apuesta sea en directo le confiere un valor añadido. La buena planificación permitió que todo estuviese en su sitio, que todos los elementos del puzle cuadraran como en el mejor programa grabado.

¿Y los contenidos? Ya han anunciado que de conseguir 500.000 seguidores en las redes sociales, 30.000 arriba, 30.000 abajo, que tampoco van a amargarles la fiesta a sus hacedores, Enjuto Mojamuto perderá la virginidad en directo durante la última entrega del año. Ese es el tono. Ese el perfil del público al que va dirigido. Las entrevistas siempre se han quedado cortas. Las tertulias con youtubers y tuiteros. Las Master Class, de José Antonio Marina a Benjamín Prado, han funcionado a la perfección. Y la extraña pareja formada por Joaquín Reyes y Mara Torres se ha consolidado. Colando aire fresco a La 2, una cadena, vía cine y documentales, demasiado pregrabada y atemporal. El jueves por la noche, por ejemplo, cobró vida propia con la muerte de Nelson Mandela. Así debería ser.