La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Urdangarín sí sabe con quién está hablando

Urdangarín creyó que formar parte de la Familia Real tenía hoy sus antiguos privilegios. Afortunadamente no es así

Urdangarín entra en la cárcel. Pocos españoles han despilfarrado un pasado, un presente y un futuro de forma tan arrogantemente estúpida. Su pasado como hijo de alta burguesía vasca -el padre fue presidente de la Caja de Ahorros de Vitoria y Álava- y deportista de élite participante en tres Juegos Olímpicos en los que obtuvo dos medallas de bronce, y su presente como esposo de la infanta Cristina, le abrían un futuro espléndido. Si quería dedicarse a vivir bien sin dar golpe o dando pocos podía hacerlo. Si quería desarrollar actividades profesionales tenía todas las puertas abiertas. Si le apetecía encabezar causas solidarias o culturales poniendo el prestigio de su posición y su tiempo al servicio de acciones humanitarias o artísticas, las ONG y los patronatos estarían encantados de contar con él. Sin embargo prefirió el chanchullo, convencido de que formar parte de la Familia Real tenía hoy sus antiguos privilegios. Afortunadamente para España y desafortunadamente para él se ha demostrado que no es así.

Podemos, la IU deglutida por ellos, ERC y compañía pueden hacer demagogia, patalear, taconear como Antonio el bailarín o hacer claqué como Fred Astaire cuanto quieran porque el Supremo rebajara cinco meses a la pena. Lo importante es que ratificó su condena a cinco años y diez meses por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Lo que significa, tratándose de quien se trata, que la Justicia funciona (con lentitud, pero funciona) y guarda (con dificultad y algún tropiezo ante las presiones, pero guarda) la necesaria independencia.

Los procedimientos contra el PP y las primeras duras condenas se desarrollaron y dictaron con el PP en el poder. Todo el caso de los ERE se está desarrollando con el PSOE en el poder. Los múltiples casos de corrupción en Cataluña se comenzaron a investigar con CiU en el poder y se siguen investigando con sus sucesores en él. Ni el poder político ni la pertenencia a la Familia Real sirven de salvoconducto. En una democracia no vale el "usted no sabe con quién está hablando".

Pese a la falta de medios, la exasperante lentitud y la no deseable politización de la justicia y judicialización de la política a causa de las puertas giratorias o del sistema de nombramiento de vocales del Consejo General del Poder Judicial, lo evidente es que en este país la Justicia funciona.

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