MENUDO descubrimiento para Antena 3 y Telecinco. Ya lo anunciaba él mismo en youtube, pero hasta que no la lió parda en la gala eurovisiva los tomateros no tenían conciencia del talante de John Cobra. Hacía tiempo, y eso que ya guardamos trienios de norias, decs, diariosdepatricias y gehaches, que no nos topábamos con un trozo de carne tan abisal: tan terroríficamente televisivo. Retírate Karmele, plis. Cobra, una víbora del Gabón al lado del peluchito de Igartiburu (sin valor para sacar el necesario látigo), interpretó su mantra rapero y tras recibir el abucheo de parte del público invitó al personal a que le probaran sus intimidades con gran aparataje gestual dirigido a los genitales. Pero, oiga, Pilar Tabares fue la que tuvo dos cobras para explicarle al iracundo que su canción no era idónea para ir a Eurovisión. Y José María Íñigo negaba con la cabeza, tras subrayar que quedaba autodescalificado para el arte, mientras recogían para los corrales al vociferante John. Hasta ahora creíamos que Homer Simpson era simplemente un dibujo animado.

La gala, como todas las selecciones eurovisivas, fue tediosa y ofreció un ramillete de temas apropiados para mandarlos al Círculo Polar, porque Oslo queda algo más abajo. Anabel Conde hubiera merecido más, y la pobre Coral, que ya fue derrotada por Chikilucuatre, ahora se ha visto desbordada por quien estaba dirigido por TVE para esta victoria: Daniel Diges y sus figurantes lamiosos de Mari Carmen y sus muñecos. Diges, con su pinta de hermano mediano de Con ocho basta, es merengosamente indigesto. Y Algo pequeñito, la canción más votada, pertenece al Paleoparalítico Inferior, un vals momificado de los tiempos ya marchitos de José Vélez. Uribarri, tan pelotero en su resurección, nos contará en Noruega que quedaremos otra vez entre los tres últimos.