Faltarán sólo seis días para que haga cuarentaicuatro años de la última vez. Este Domingo de Ramos, nos emocionaremos los que crecimos viendo a la Estrella sortear el ficus centenario rumbo a Sevilla. Un ficus que se encuentra en tenguerengue y que vamos a ver si logra sobrevivir y ponerse a tono del acontecimiento. El retorno de la Estrella a la que fue su casa y aunque sea de modo excepcional es un hecho que no puede acogerse a cencerros tapados. El convento de los dominicos trianeros vuelve al mapa cofradiero y eso es digno de recibir tratamiento de suceso grande aunque sólo sea por una vez y sin que, dolorosamente, sirva de precedente. Esa visión de La Valiente junto al ficus nos traerá una serie de recuerdos hundidos en lo más recóndito de la memoria y a la misma vez servirá para seguir sin comprender qué estorbaban allí las hermandades que allí moraban.
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