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La tribuna

Adelaida De La Calle

Valorar a los docentes

UN conocido proverbio chino reza así: "Si haces planes para un año, siembra arroz. Si los haces para dos lustros, planta árboles. Si los haces para toda la vida, educa a una persona". Y no hay nada tan cierto como que la educación de una sociedad es la mejor inversión que podemos hacer a largo plazo. Sin embargo, es una verdad que a menudo olvidamos, de tan inmersos que vivimos en la era de la inmediatez, de las soluciones fáciles e instantáneas. Pero la educación nunca fue una tarea fácil ni sus efectos se ven a corto plazo. Es un trabajo arduo, descorazonador a veces, que exige tiempo y paciencia, sin fórmulas mágicas ni procedimientos infalibles. Una misión solo apta para valientes. Y, sin embargo, una sociedad que vive en la locura del resultado inmediato es incapaz de valorar suficientemente a sus valientes. Tan preocupados andamos en comer arroz hoy y tener madera mañana que demasiado a menudo nos olvidamos de los que están ahora sembrando, cultivando y haciendo crecer nuestro activo más importante: las generaciones del futuro.

Es por esto que hemos de insistir en recordar y recordarnos la importancia de los que enseñan. La Unesco, consciente de ello, ha dedicado el lema del Día Internacional del Docente de este año a la necesidad de otorgarles a estos el lugar destacado que les corresponde: "Valuing Teachers, improving their Status" (Valorar a los docentes para mejorar su consideración social). Según el organismo internacional, "los docentes no solo son fundamentales para el derecho a la educación, sino que son la clave para garantizar una educación con calidad y equitativa que promueva las oportunidades de aprendizaje permanente para todos a lo largo de toda la vida". Se trata de una afirmación que, desde la Junta de Andalucía, compartimos plenamente. Por ello, y porque sabemos que es uno de los factores clave para el éxito de nuestro sistema educativo, estamos trabajando por mejorar las condiciones y el estatus de los maestros y las maestras andaluces, de nuestros profesores y profesoras.

Así, en la Consejería de Educación, pese a las indudables dificultades presupuestarias y al descenso de alumnado por razones demográficas, hemos hecho un esfuerzo por mantener a la mayor plantilla docente del país. Nuestro empeño en dotar al sistema de un número suficiente de docentes se refleja, además, en la última oferta de empleo público docente realizada, la mayor de España, con 2.327 nuevas plazas. Una oferta que ha supuesto agotar al máximo la tasa que permitía la Ley de Presupuestos del Estado.

Nuestra preocupación por el profesorado queda también reflejada en el Plan de Éxito Educativo, que la Consejería está elaborando y verá la luz muy pronto. En este documento se contempla la necesidad de revisar la formación inicial de los docentes para darle un carácter más práctico y alargar su tutorización inicial. También se prioriza el diseño de un plan de formación específico para directores y directoras que impulse su liderazgo pedagógico, entre otras acciones.

El Plan de Éxito andaluz contiene, igualmente, un amplio catálogo de medidas de apoyo al profesorado que contempla la simplificación de la carga burocrática, el diseño de un nuevo sistema de asignación de recursos humanos y, por supuesto, el impulso al reconocimiento social de su labor.

Son todas las anteriores acciones encaminadas a mejorar la situación de los y las docentes andaluces porque ellos y ellas son el corazón de nuestro sistema educativo. Somos conscientes de que tenemos mucho por hacer todavía y de que no siempre nuestras iniciativas son comprendidas o bien acogidas por todos. Ya lo hemos afirmado antes: la educación nunca fue una tarea fácil ni sus efectos se ven a corto plazo. Lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que tenemos la firme determinación de seguir apoyando y alentando la tarea de nuestros docentes. Es posible que las circunstancias no sean las mejores pero nuestros maestros y maestras, profesores y profesoras sí que lo son.

Y por eso participamos activamente en la celebración de este Día Mundial. Porque sabemos de la importancia de la tarea de estos auténticos héroes de lo cotidiano que, desde sus aulas, logran millones de pequeños prodigios todos los días. Ante vosotros y vosotras, queridos docentes, se encuentra el mayor y más apasionante de los retos. Encontraréis obstáculos y dificultades. A veces incluso tendréis la tentación de tirar la toalla. Pero los frutos germinan. Vuestras palabras perduran. Vuestro ejemplo no cae en el olvido. Y la sociedad entera está de vuestro lado. Muchas gracias.

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