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Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Van Basten

A la Eurocopa de Alemania 88, lo único que ganó Holanda, yo la llamo Eurocopa de Cortelazor

El gol de Van Basten a Dassaev no lo vieron ni Dassaev ni el cámara de televisión. Holanda le ganó en la final la Eurocopa de Alemania 88 a la Unión Soviética. Yo la llamo la Eurocopa de Cortelazor porque casi todos los partidos de la competición los vi en ese pueblo de la sierra de Huelva, invitado por Mercedes de Pablos y Gerardo Grau, los padres de Matilde y Tomás, dos niños que hoy cumplen treinta años y que miden así el tiempo que pasó desde esta historia. Uno mete los recuerdos en cajitas de tiempo. En una de ellas están los de la Eurocopa de Cortelazor.

Los dos únicos partidos que no vi en ese pueblo fueron la final, que presencié en un bar de Sanlúcar de Barrameda, y el partido inaugural, el Italia-Alemania, que vi precisamente en la casa en la que hace tres décadas vivían los padres de Matilde y Tomás. En ese partido, José Ángel de la Casa tuvo como invitado de la retransmisión a Santiago Amón. El crítico de arte, padre del periodista Rubén Amón, moriría unos días después en un accidente de helicóptero que también le costó la vida a Rosa de Lima Manzano, que era directora general de Tráfico.

Aquella Eurocopa fue maravillosa. Tomás y Matilde acababan de cumplir cinco meses. La anfitriona de verdad era Blanca Candón, la madre de Mercedes. Alguna vez nos visitó desde Granada Franco de Pablos, hermano de la periodista que ahora dirige el Centro de Estudios Andaluces. Con el tiempo, la madre de Mercedes llegaría a ser la alcaldesa de ese pueblo, cuyos destinos municipales rige hoy su hermano Franco.

Cada día televisaban dos partidos y entre uno y otro venían unos chavales del pueblo para que fuéramos a jugar con ellos Gerardo, el padre de los mellizos, y yo en un campito que había junto a la iglesia, en cuyo campanario siempre aparecía alguna cigüeña. En esa serranía maravillosa leí la novela de William Boyd Un buen hombre en África y fue la única vez en mi vida que vi entero un partido de la NBA, la final entre Los Angeles Lakers y Chicago Bulls. Altura de cigüeña y de campanario.

Todos los días cogía el coche hasta Aracena para comprar los periódicos, así nos enteramos de la muerte de El Pali aquel mes de junio, y llevar pasteles de Casa Rufino. En esa Eurocopa de Alemania jugó su último partido con la selección Rafa Gordillo, el que hacía el número 75. Dassaev no pudo evitar el gol de Van Basten ni el paso del tiempo.

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