La ventana

Luis Carlos Peris

Vandalismo siempre inexplicable

MIENTRAS se lustra el sentido del gran Parque de María Luisa con esas rutas teatralizadas que ya funcionaban en el Alcázar, mientras se le da vida a Aníbal González, a la infanta María Luisa o a los Álvarez Quintero, en otro lugar del parque se le da rienda suelta al vandalismo más incomprensible. Hacer daño por el mero hecho de hacer daño es de las aberraciones más inexplicables, pero los tristes protagonistas de estos actos proliferan en este tiempo de dramática pérdida de valores. Lo último que nos ha llegado es el destrozo de la estatua que en el parque hermosea la glorieta dedicada a Luis Montoto. Con la mano de obra que debe tener arrancarle la cabeza a una estatua de mármol y así amaneció, decapitada. Hay que ver con lo bien que le vendría a la comunidad que ese esfuerzo se dedicase a asuntos de provecho, pero no, a dañar por dañar sin motivo. Qué gentuza.

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