MOVIÉNDOSE como los vientos le dan a entender, la nube volcánica tiene en vilo a medio mundo mundial y lo del sábado en los aeropuertos fue tremendo. Sevilla, Barcelona, Amsterdam y en todos los paneles iban cayendo como moscas vuelos bajo el fatídico cancelado que llevaba la frustración a familias enteras que se quedaban sin saber a qué carta jugar. Y cuando la veleidosa nube decidió aparcar sobre la vertical de la meseta, un montón de aeropuertos fueron cerrando para escarnio de montones de fines de semana chafados. Y en ese estado de cosas, con la crispación llamando a todas las puertas, el sinfín de rumores que iban como dictándole un libro de ruta a la masa cenicienta que puede que esté perdiendo densidad, pero que le está haciendo la puñeta a medio mundo mundial. A todo esto, el volcán que no deja de eruptar ceniza y que le pone la guinda a este tiempo de crisis.