Editorial

Venezuela le da la espalda al chavismo

EL pueblo venezolano le dio ayer la espalda al chavismo tras 17 años de un régimen que se inauguró democráticamente pero que se ha ido deslizando peligrosamente hacia el autoritarismo. A la espera de que se decidan 22 escaños, los números no pueden ser más contundentes. Con una participación de casi el 75% del electorado, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), una galaxia de partidos que van desde la izquierda democrática a la derecha conservadora, ha logrado 99 escaños; mientras que el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela apenas ha obtenido 46 diputados.

Muchas son las razones que han llevado a este resultado histórico. Entre ellos destacamos el acusado deterioro de las libertades, ejemplificado en la prisión del opositor Leopoldo López tras una farsa de juicio; la galopante crisis económica que ha llevado a un alarmante desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad; y los altísimos índices de inseguridad ciudadana que han convertido a Venezuela en un país extremadamente peligroso. A sus acciones autoritarias, el presidente Nicolás Maduro -el gran perdedor de estos comicios que se habían planteado casi como un plebiscito- ha unido una auténtica incapacidad en la gestión de los problemas cotidianos de los venezolanos.

Sin embargo, la victoria de la oposición democrática en estas elecciones legislativas no es todavía decisiva y quedan muchas incógnitas por despejar. Nicolás Maduro sigue siendo presidente -le quedan tres largos años de poder- y dominando todos los resortes del Estado. La MUD tendrá que actuar con una mezcla de prudencia y osadía para, poco a poco, desactivar el chavismo y lograr una plena democracia en Venezuela. El fantasma del enfrentamiento civil sigue estando presente y es importante que, como ya han anunciado dirigentes importantes de la oposición, se busque en todo momento la paz y la reconciliación entre los ciudadanos. Las actuaciones y acontecimientos de los próximos días serán decisivos.

Por otra parte, la derrota de Maduro tiene importantes repercusiones internacionales al sumarse a la reciente debacle del kirchnerismo en Argentina. Muy probablemente estemos asistiendo al derrumbe de la ideología bolivariana en Latinoamérica una vez que este movimiento no cuenta ya con los suculentos ingresos del petróleo para apoyar sus políticas populistas en la región. Los próximos meses veremos importantes cambios en el continente.

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