URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

DESDE luego que los del canal Méteo francés tuvieron cuajo pronosticando que, al menos en la Europa Occidental, no habría verano. El mensaje enviado desde el canal temático parisino se emitió con todas las consecuencias. O al menos así me llegó a mí. Como tantos mensajes en todos los órdenes que el norte manda al sur. Aplíquense todas las metáforas porque todas son válidas. París nos decía anteayer, durante ese junio en el que ya hacía un mes que en Murcia no bajaban de los 30 grados, que tranquilos, que durante este 2013 no iba a haber verano. Que la Europa occidental, la civilizada, la de progreso, no tuviese ningún temor. Que este verano, de tan fresco, sólo iba a tener el nombre.

Observando detenidamente durante los últimos diez días las temperaturas máximas y mínimas que han tenido en París, pero también en Berlín, Londres, no hablemos de Luxemburgo o de Bruselas, desde luego que por aquellos lares no están padeciendo el verano climatológico. Los valores no alcanzan ni los que tuvo Andalucía en Semana Santa ni los que reflejan las islas Canarias durante más de medio año.

Pero logró el sacrosanto titular de marras, ese que negó la posibilidad de que este verano fuese cálido en Europa, sacarme de mis casillas. A mí que ejerzo de una serenidad rayana en lo zen. Esa Europa en la que se desprecia a dos capitales como Madrid y Lisboa (las dos flirteando con los 40 grados), en la que se establecen generalidades mentirosas obviando las evidencias, no me interesa nada. Aplíquense las metáforas, por favor. Manda París, manda Berlín, hasta manda Londres sin necesidad de euro. Se erigen en portavoces de la autoridad moral. Y los demás, a comulgar con ruedas de molino. Basta.

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