DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Abril en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Acción de gracias

Veteranía

Idolatramos la juventud, y se nos olvida que es la gente con experiencia la que tiene una historia apasionante que contar

Esta semana entrevisté a Kiti Mánver y debo confesarles que en la grabación gasto un tono de adulación un poco estúpido. Los que me conocen saben lo que me gusta una actriz, un actor: yo estoy en deuda con ellos. Más de una vez me he metido en el cine o en el teatro arrastrando algún dolor en el corazón y he salido esperanzado gracias a la compañía que esos intérpretes me dieron. La cita con Mánver se debía a El inconveniente, la película de Bernabé Rico que llega ahora a los cines, un papelón por el que se debería llevar todos los premios de la temporada, pero yo sentía que no sólo hablaba sobre Lola, su último personaje, sino que tenía al teléfono a aquella joven que hizo con Manuel Gutiérrez Aragón y José Luis López Vázquez Habla, mudita, o a esa intérprete de tantos momentos memorables de la mano de Almodóvar, como esa madre que asiste perpleja a la telequinesis de su hija (¿Qué he hecho yo para merecer esto?)o esa abogada feminista que se revelaba negada para la empatía (Mujeres al borde de un ataque de nervios). Idolatramos la juventud, y se nos olvida que es la gente con experiencia la que tiene la historia más apasionante que contar. Mánver, está claro, sabe más del oficio que cualquier muchacho de moda que acapara las portadas de los suplementos. Su relato desprende la verdad de lo vivido. Cuando le dieron el homenaje en Málaga admitió que se había retirado del oficio "seis o siete veces" porque resultaba imposible subsistir.

Mientras hacía esa entrevista pensé en encuentros maravillosos que brindaron otras veteranas. Aún recuerdo la clase magistral de Carmen Maura que organizó Justo Ruiz en la Escuela de Arte Dramático, cuando a la actriz de La ley del deseo o ¡Ay, Carmela! le otorgaban el Premio del Cine Europeo. Los estudiantes quedaron fascinados con su visión tan poco solemne de la profesión y sus numerosas anécdotas, como la de aquel día que ensayaba con Fernán Gómez un monólogo que se le resistía. "De verdad que en mi casa me sale bien", aseguraba ella, y un pícaro Fernán Gómez vio ahí la oportunidad: "¡Pues, si quieres, nos vamos a tu casa!", le dijo.

Y me acordé también de una charla, para mí inolvidable, con Concha Velasco por un espectáculo en el que repasaba su carrera, Concha. Yo lo que quiero es bailar. En aquella entrevista evocó sus comienzos con Celia Gámez y Manolo Caracol; reivindicó a José Tamayo, que la había convertido en actriz dramática, y lamentaba que aquel hombre hubiese caído en el olvido; presumió de que aún tenía buenas piernas y de que había hecho tantas cosas que llegó a olvidar que le había compuesto una canción el maestro Manuel Alejandro. Tememos cumplir años, envejecer, pero cuánto emociona el testimonio, la sabiduría, de quienes han vivido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios