El aeropuerto de San Pablo se convirtió el viernes en albergue obligado para numerosos viajeros cuyos vuelos no pudieron aterrizar en Madrid debido al caos en Barajas por la nevada y que fueron desviados al aeródromo sevillano en espera de que se abrieran las pistas. La imagen demuestra una vez más cómo los usuarios acaban sufriendo las imprevisiones y descoordinación de los políticos.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios