Dulce resaca la que vive el fútbol según Sevilla tras concluir la fase de grupos de la Liga Europa mientras cabalga el tiempo para traernos una nueva jornada de Liga. Y por si fuera poco, en el ínterin aparece el sorteo de octavos de final de la Copa del Rey, ese torneo que es pedrea para los grandes de toda la vida y gordo esperanzador para el resto del mundo. Fútbol, fútbol y fútbol a todas horas, como debe ser y al que le pese... ya sabe.

Liderando sus respectivos grupos, Betis y Sevilla han solventado el primer paso de otra competición ilusionante y que ha cargado de prestigio y dinero al segundo. Se le llenaba la boca a Caparrós en la previa del último choque calificando la Liga Europa como "nuestra competición" y a fe que lleva razón, pues hay que ver cómo dicho torneo le cambió la vida al Sevilla, su club. Bueno, pues, además, ha logrado pasar el fielato marcando más goles que ningún otro.

Con mucha solvencia logró el Betis su salvoconducto y lo consiguió una jornada antes de que acabase con el plus de ser, junto a Dortmund y Arsenal, el menos goleado de cuantos participan en competición continental, léase Champions incluida. Y afortunadamente lo logró antes de verse atrapado en una trampa que parece inconcebible que permitiera esa UEFA tan garantista en otros aspectos. Y es que el campo donde libró su último pleito nunca debió pasar el reconocimiento.

Horas antes se celebró el sorteo copero y la verdad es que pudo ser peor de lo que fue. Las eliminatorias de ambos quizá sean las más igualadas de cuantas conforman los octavos de final de la Copa del Rey. El Sevilla tiene ante sí a un viejo conocido, Athletic Club, con el que se ha visto muchas veces en situación semejante, mientras que el Betis colisiona con otro viejo amigo, la Real Sociedad. Suerte a ambos para que la cuesta de enero no se empine demasiado.