La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Vox llenó los autobuses

El PSOE puso los autobuses, pero fue Vox quien los llenó. Su estrategia de provocación ha tenido éxito

No entendía por qué Vox, cuando estaban en marcha las negociaciones entre el PP y Cs para formar un Gobierno conservador-liberal, hizo unas declaraciones tan provocativas sobre una cuestión tan sensible como el maltrato y las leyes contra la violencia de género. Dificultaban el pacto y comprometían el futuro Gobierno PP-Cs que precisaba de sus 12 votos. La táctica de los partidos radicales, de derechas o de izquierdas, suele ser arrancar con un discurso agresivo para después, cuando tienen posibilidades electorales, disimular los aspectos más extremistas. Así lo hizo Marine Le Pen, rompiendo con su padre, el fundador nazi-fascista del partido, o Pablo Iglesias desde "lo que está ocurriendo en Venezuela es una referencia para el sur de Europa… una alternativa para los ciudadanos europeos" a "no comparto algunas cosas que dije en el pasado".

Vox hizo lo contrario: cuando se encontró con un resultado electoral que ni ellos esperaban y sus 12 escaños fueron esenciales para el relevo en la Junta insistió en los aspectos que sabía serían contestados con mayor rotundidad. Ayer comprendí por qué lo hizo. Para provocar las exageradas y verbalmente muy agresivas (además de en muchos casos toscamente groseras) manifestaciones preventivas (porque el Gobierno no se ha formado y, por lo tanto, no ha modificado ninguna ley) feministas que rodearon el Parlamento y se multiplicaron por toda España y algunas ciudades europeas.

Susana Díaz, la misma que en 2016 criticó a Podemos por "llamar a los ciudadanos a rodear el Congreso de los Diputados para influir en la voluntad de los representantes políticos en la Cámara", las apoyó y el PSOE puso los autobuses. Pero fue Vox quien los llenó. Ha optado por la estrategia de la provocación y ha tenido éxito. Las feministas radicales, Podemos y Vox se necesitan para retroalimentar sus discursos. Y el PSOE se ha sumado al juego.

No sé si esto les beneficiará en futuras elecciones. Hasta ahora las ganaba lo centrado. Sería peligroso que el discurso radical de izquierdas o de derechas, feminista o machista, diera votos. Como lo es que el mal perder de Susana Díaz y el PSOE los empuje a incubar estos huevos de serpiente. Sin conceder a Juanma Moreno no cien días, sino ni tan siquiera diez segundos, ha iniciado su campaña de agitación callejera antes de su toma de posesión. Espero que el PP, pese al guiño a Vox, no lo haga. Y sé que Cs no lo hará.

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