La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Vuelos gratis en 10 años

El Sacromonte está lleno de tópicos. Zambras, fiesta y mucha malafollá... ¿No es eso lo que buscamos cuando viajamos?

Dicen que es una cualidad de los visionarios: adelantarse al futuro; ver señales donde otros ni las intuyen. Así se han escrito los capítulos más sorprendentes y revolucionarios de la Historia, pero también algunos de los más patéticos y lamentables. La culpa es de los vendedores de humo. De quienes no son más que embaucadores y charlatanes.

El CEO de Raynair se atrevió a vaticinar hace un par de años -"tengo la visión", pontificó- de que en menos de una década las tarifas aéreas serán "gratuitas". ¡Cero euros por volar! No en todos los aeropuertos, no en Heathrow por ejemplo, pero sí en pequeños destinos donde se pudiera compartir la recaudación aeroportuaria y diversificar la entrada de ingresos con servicios extras como facturar, elegir el asiento o comer a bordo.

Aunque la propia aerolínea de low-cost ya está avanzando en este sentido -una muestra es la reciente polémica por cobrar el equipaje de mano-, resulta difícil dibujar la frontera entra la quimera y la mercadotecnia. Entre los tramposos egocéntricos, los iluminados con talento y los verdaderos visionarios.

No importa, sin embargo, si la reflexión de fondo la situamos en el aquí y el ahora: el turismo ya se ha colado en la agenda del 2-D con los recurrentes discursos grandilocuentes de que no queremos turistas de supermercado sino viajeros ilustrados con alta capacidad de gasto; que el objetivo es un "turismo de calidad" que no proteja a los empresarios del difícil debate de empleo precario; que el desafío es convertir los inmensos recursos de Andalucía -con estrategia y eficacia- en productos apetecibles y comercializables.

Empaquetar nuestro potencial y ponerle un lacito de regalo. Y, por supuesto, sin caer en los tópicos... ¿El arte jondo lo es? Porque así lo piensan desde la Jaume I cuando arremeten contra el flamenco, la siesta y la paella para "acabar con los tópicos". Olvidando, sin embargo, que cada uno de estos males, de estos (supuestos) estereotipos, forman parte de nuestra identidad, que conectan de lleno con la idea del turismo como experiencia y, en pleno siglo de convulsión digital, rescatan la imagen de ese viajero romántico que cruzaba fronteras buscando lo exótico y lo singular.

El Sacromonte de Granada está lleno de tópicos. Zambras y fiesta. Familias enteras de gitanos alrededor de la caja del pescao. Noche tras noche. Espectáculos montados para un turista que viaja en low-cost y está dispuesto a pagar lo que sea para sumergirse en el arte jondo, escuchar granaíno y soportar a los malafollás... ¡Pero es que de eso se trata! De ser auténticos. Sin avergonzarnos.

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