COMPLICADO ya es que la dualidad de nuestra Liga de Primera fuese más competida aún que la última, ésta se contempla con ciertos matices que la diferencian. En el curso pasado, todo se dilucidó por la superioridad del Barça en los dos enfrentamientos entrambos, pues la verdad es que ninguno fallaba. La cifra de puntos que ambos alcanzaron será complicado repetirla, ya que en el ejercicio que vivimos están los dos colosos flaqueando más de la cuenta; el Madrid fuera y el Barça en casa no están mostrando la autoridad del pasado curso, aunque no parece que esta tónica vaya a perpetuarse.

Particularmente veo ahora más solvente al Madrid que al Barça. Aunque en construcción, según propalan sus manijeros, el equipo madridista va engrasándose y ya el domingo ante un Dépor indiscutiblemente débil sacó a relucir un punch mortífero. Mientras, el Barça da la impresión de andar atascado y sin que su fantástico tiquitaca tenga reflejo en el marcador. Mayormente en el Camp Nou, donde rivales del nivel de Hércules, Sporting y Mallorca le han dificultado las cosas hasta cotas impensables. Dejar escapar la friolera de cinco puntos de nueve librados da mucho que pensar, quizá como que el antídoto a su fútbol excelso ya ha salido de laboratorio.

En la otra acera, el puñado de carísimos solistas van acercando conceptos y el grupo va convirtiéndose en orfeón. En casa muestra un potencial mayor que el del rival, pero aún no se ha acercado en los viajes al que éste muestra fuera del Camp Nou. Como el Madrid en casa, el Barça cantó bingo en sus tres excursiones mientras que los de Mourinho se han dejado cuatro puntos de los nueve disputados. Y en ese plan, ganancia para un Valencia pletórico, esa tercera vía que le adjudicaban algunos exagerados al Atleti parece desinflarse, no ceja el Villarreal y mucha atención a un Sevilla que reaparece por donde solía tras un tiempo de morirse poco a poco, Del Nido dixit. preguntando que en qué pensaría Álvarez.