Son muchos los que esgrimen la vieja conseja de que ya sabe el que la copia qué es lo que le toca, pero me da igual. El tema tiene miga y no tengo el menor inconveniente en seguir la corriente iniciada por el compañero Sánchez Moliní en cuanto a la correspondencia de cuanto hacemos con lo que hacen con los nuestros. Y es que mientras allende los mares son acosados con derribo los recuerdos a personajes que están en la historia para bien, léase Colón o De las Casas, aquí restauramos los monumentos a espadones que pasan como libertadores a costa de matar españoles. La estatua de Simón Bolívar que está en la Palmera frente al Instituto Murillo está siendo esmeradamente limpiada y aunque es lo civilizado, choca que pase a la vez que allá atacan a los nuestros. Una vez más da ejemplo la Madre Patria, luego será la de San Martín y después la de Martí. Cosas que pasan.
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