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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La alcaldesa, el almirante y el fascista

Colau disputa la patente fascista a Italia al llamar facha al almirante Cervera, muerto cuando Mussolini era socialista

La alkaldesa de Barcelona llamó facha al almirante Cervera al despojarle de su calle para dársela al actor Pepe Rubianes en un acto lleno de lazos amarillos y gemidos de opresión; como los proferidos por Juan Lluís Bozzo al referirse a "los conciudadanos y conciudadanas que viven la pesadilla de la prisión y del exilio", añadiendo: "Pero la ciudad sigue viva y republicana, alegre y laica, descarada y risueña, y se adorna con el nombre de nuestro amigo para dejar bien claro a todo el mundo que apuesta por la libertad y por la anhelada república". Al calor de este y otros discursos, en un rapto de patriotismo catalanista, Colau pretendió arrebatar la patente del fascismo a Mussolini y a Italia para adjudicársela al almirante Cervera y a España. No es un intento tan disparatado como las objetivas razones cronológicas puedan hacer pensar.

No se olvide que la causa independentista contempla la historia con los ojos locos de Igor/Marty Fieldman y que ha creado el monstruo catalanista como el jovencito Frankenstein al suyo, cosiendo trozos de ideologías muertas con la más reaccionaria derecha nacionalista, a esta con la izquierda republicana y a esta con los antisistema, okupas y demás variantes perro flauta. Por ello es políticamente rentable el disparate de Colau al cargar al pobre Cervera y sobre todo a España con el sambenito de ser los inventores del fascismo, despojando de tal mérito al calvo de Predappio y a los italianos. ¿Acaso no es el estado español el único fascista y represor de Europa? ¿No es cierto que el franquismo sigue aquí vivo? ¿No merece esta fidelidad al ideario de don Benito el reconocimiento de la patente española del fascismo?

Pero resulta que las guerras por las patentes suelen ser encarnizadas, como bien sabía Edison. Y los italianos no se dejarán arrebatar la patente del fascismo así como así. Por mucho empeño patriótico catalanista, y por lo tanto anti españolista y anti constitucional, que Colau ponga en llamar facha al almirante Cervera resulta que este murió en 1909, cuando Mussolini aún militaba en las filas socialistas. Faltaban justo diez años para que creara los Fasci Italiani di Combatimento y doce para que fundara el partido fascista. Lo tiene difícil Colau por mucho que llame facha al almirante gaditano. Pero qué más le da. A esta tropa le conviene más la manipulación de la memoria que el rigor de la historia.

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