La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Un poco aldeano, ¿no?

La prensa europea abría con Siria y la tensión Trump-Putin, y la española con Puigdemont y Cifuentes

Noun diario conservador, sino Le Monde, editorializaba ayer: "Ni Washington ni París dudan que Asad ha cruzado la línea roja del uso de armas químicas contra civiles… Una respuesta es ineludible. Los responsables franceses, americanos y británicos son conscientes de las desastrosas consecuencias del mirar para otro lado de la administración Obama que, el 31 de agosto de 2013, cuando los aviones franceses estaban listos para despegar, renunció a acciones militares conjuntas contra el régimen del presidente Asad tras un ataque con gas sarín contra la población de Ghouta, cerca de Damas. Tras ello, según la ONG Human Rights Watch, el régimen ha utilizado 85 veces armas químicas contra la población civil. Los sucesores de Obama y Hollande han definido la utilización de armas químicas como una línea roja: no respetar este compromiso supondría enterrar definitivamente la credibilidad, ya seriamente comprometida en el drama sirio, de las potencias que respetan el derecho internacional, y consagrar la impunidad de los autores de crímenes de guerra".

Disculpa su interés lo extenso de la cita. No es frecuente leer en la prensa progresista española un editorial que critique las decisiones "pacifistas" de los "progresistas" Obama y Hollande y apoye la determinación del populista reaccionario Trump y el liberal Macron, tan poco afines -sobre todo el primero- a la línea editorial del periódico. En España la prensa de empresa nacional se parece cada vez más a la vieja prensa de partidos del siglo XIX. Y su ensimismamiento en lo próximo -lógico en la prensa local pero no en la nacional- llama la atención. Ayer Le Monde, Le Figaro, The Times, The Guardian, Der Spiegel o Frankfurter Allgemeine abrían con la cuestión Siria y las bravatas de Trump que tensan tan peligrosamente su enfrentamiento con Putin. Mientras todos los periódicos nacionales españoles abrían con Puigdemont y Cifuentes. Un poco aldeano, ¿no?, dada la extrema gravedad de la tensión internacional.

Porque grave y trágico es lo que sucede en Siria desde hace siete años provocando más de 300.000 muertos y 10 millones de desplazados. Y más trágico aún sería que allí chocaran Estados Unidos y Rusia arrastrando a la UE, Israel, Irán y Turquía a una confrontación de inimaginables consecuencias. Esta tensión solo beneficia al ISIS, que ayer volvía a amenazar a Putin y al mundial de Rusia.

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