LAS tres hermanas, ya mayores, continúan pagando en el Consejo las sillas heredadas, pero no lo hacen de una vez, sino que cada una remite a la institución sus euros correspondientes. Como hay dos de ellas que no se hablan por rencillas familiares, a los colaboradores del Consejo les toca mediar no pocas veces. Una telefoneó este año a San Gregorio para dar un encargo insólito: "Cóbrele usted por favor en esta ocasión a mi hermana 40 euros más, que es lo que debe por los gastos de la conservación del panteón familiar, que todavía no los ha pagado".
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios