Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Dos almas

El PSOE de Pedro Sánchez y el de Susana Díaz difieren también en la idea de España que defienden

Susana Díaz y Pedro Sánchez aparecerán esta mañana juntos en la clausura del congreso del PSOE andaluz. Por mucho que la fotografía los enseñe sonrientes y quizás hasta en aparente armonía, a partir de hoy va a quedar todavía más evidenciado que, al margen de las formas, en España existen dos formas de ver el papel que debe jugar la izquierda y que esas dos formas cada vez van a estar más alejadas. La primera es la que ganó las primarias contra pronóstico; la segunda es la que representa el PSOE andaluz, que ha reforzado todavía más su liderazgo y que ha enseñado una idea de España con identidad propia.

El partido de Pedro Sánchez tiene un fuerte componente populista, que lo aleja de la socialdemocracia tradicional y que lo acerca progresivamente a los postulados de Podemos. Al secretario general, no es ninguna sorpresa, le gusta hacerse fotos con Pablo Iglesias porque por encima de cualquier otra consideración quiere echar a Mariano Rajoy de la Moncloa y sueña con ocupar él su puesto. Por encima incluso de la defensa de la cohesión nacional, como ha quedado patente con el confuso principio de plurinacionalidad con el que quiere quedar bien con todo el mundo y con el que está destrozando el sentido de Estado que ha mantenido el PSOE en los últimos cuarenta años.

Ese PSOE de alma populista que se ha hecho evidente en más de media España a partir de las primarias es con el que tiene que convivir a partir de ahora el de Susana Díaz, que ha revalidado sin mayores esfuerzos su cómoda mayoría. Los partidarios de Pedro Sánchez ni tan siquiera han podido articular una lista de oposición y lo más probable es que algo parecido pase en los congresos provinciales de septiembre.

El PSOE andaluz empieza a parecerse poco al de Ferraz. Una diferencia sustancial es que mientras aquel elucubra con llegar al poder sin importarle mucho los métodos, el de aquí gobierna desde hace más de treinta años y tiene que demostrar cada día qué es lo que hace. Además, tiene muy claro cuáles son las alianzas políticas y sociales que tiene que tejer y que no pueden estar más separadas de las que persigue Pedro Sánchez. Pero en estos momentos lo más importante es que desde Andalucía se defiende una idea de España ante el desafío soberanista catalán que no es la que defienden el secretario general ni la sucursal del partido en Cataluña.

¿Cómo van a convivir estas dos almas dentro de las mismas siglas? Sólo el tiempo lo dirá, pero no va a resultar fácil. La fotografía de esta mañana en la Cartuja no va a poder ocultar hacia dónde mira cada uno.

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