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Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

El ángel de la música

HOY, contando con la complicidad ustedes como lectores, voy a permitirme un capricho. Igual que la mayoría de los antojos, se trata de un lujo del que, misteriosamente, nosotros los españolitos carecemos pero, en pleno ecuador de la Semana Santa, ¿por qué no pararnos a escuchar la voz de un ángel?

Así es conocida por el mundo entero, como "el ángel de la música", Sarah Brightman, artista inglesa que, desde hace dos días -cuando salió a la venta su nuevo disco, Symphony-, me ronda por la cabeza planteándome las razones de su anonimato en España. Y es que, motivos para que nos resultara algo más familiar, no le faltan. El nombre de esta soprano, en Google, conduce a más de tres millones y medio de referencias (un millón y medio más que "la" Callas); fue esposa de Andrew Lloyd Webber, compositor de Jesucristo Superstar o El fantasma de la ópera -inspirado precisamente por el canto de su mujer-; ha llenado estadios de Inglaterra o Japón; ha vendido más de 26 millones de álbumes; es responsable de duetos tan populares como Time to say goodbye con el italiano Andrea Bocelli y, si hacen ejercicio de memoria, hasta la recordarán interpretando junto a José Carreras aquel himno tan hortera que fue, durante las Olimpíadas del 92, Amigos para siempre… ¿Da o no da para que se hubiera ya prodigado por aquí con algún conciertito suyo? ¡Pues no! ¡Ni por ésas! Nos movilizamos para bailar El chiki-chiki y, ante fenómenos como éste, uno está concienciado de que, aunque remueva los periódicos en búsqueda de algún breve que lo mencione, será para nada.

Es el destino que le queda en la piel de toro a la pionera de un estilo que, mezclando sonidos líricos con ritmos pop, después han cultivado Il Divo, Sonia Terol o, más recientemente, Innocence. Al fin y al cabo, ¿para qué vamos a disfrutar del sabor auténtico, pudiéndonos conformar con lo sucedáneo? ¿O radicará el problema en que a la diva, como a su compatriota Vicky Beckham, también le olemos a ajo y por eso nos evita?

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