Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Sin animadversión resulta incomprensible

Sólo desde una actitud malsana se entendería el último destrozo al Betis antier en Getafe

Más de lo mismo, otra vez el VAR y sus circunstancias, innumerables circunstancias que jamás irían contra el artilugio sino contra quienes lo manejan. Desde que se implantó en nuestro fútbol me desgañito en el discurso de que el invento es bueno, pero que la mano del hombre lo corrompe. No es como el inapelable ojo de halcón en el tenis o la foto finish en cuantos deportes tienen en la línea de meta su particular suerte suprema.

Al contrario de la asepsia de esos dos aparatos, el que se instaló en el fútbol está rodeado de demasiados condicionantes que le quitan credibilidad. Por ejemplo que no pueda ser esgrimido a petición de parte cuando la cosa es flagrante y los del VOR van de Belinda o, como dijo ingeniosamente Rubi en el Coliseum, estuviesen dando buena cuenta de un cortado. Y el cortado, además, puede ser de café o, como sirven en el Tremendo o en el Jota, de fresca Cruzcampo.

Lo ocurrido antier tarde en el Coliseum getafeño ha irritado en el Betis y encabritado a un beticismo que se convence a diario de que su equipo no goza de simpatía alguna en el estamento arbitral. Y es que no comprenden cómo un equipo que despierta tanto afecto en todo el país es tan maltratado por los del enlutado atuendo, según acepción que quedó en desuso tras la aparición del colorín en el uniforme de los antiguos trencillas. Y tras lo del Coliseum están que trinan.

Me da pereza volver sobre un asunto que, con la muerte de Kobe Bryant y el batacazo del Barça, ha acaparado el foco de este fin de semana. Explicar nuevamente cómo el recién salido Ángel pudo realizar tal destrozo en el Betis tras haber cometido un penalti de libro y merecido la roja directa por mamporro alevoso ya no viene a cuento. Sí viene que si prescindimos de la animadversión al Betis del tipo que estaba en Las Rozas no se comprende un error como ése, ¿verdad que no?

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