El año no está vencido

Si peligrosa es la añoranza de lo perdido, más puede serlo el fatalismo y conformismo

Por todas partes oímos y leemos comentarios y noticias de que el año 2020 está perdido y ya veremos si el que viene también. Me recuerda, en cierto sentido, el dicho castizo: en llegando el verano, el año está vencido. Ya saben, en Sevilla, de siempre, en la breve pausa que media entre recoger los regalos de los Reyes Magos, guardar los adornos de Navidad y la llegada del Miércoles de Ceniza, el año se pone en marcha. Y así parecía que iban a transcurrir los acontecimientos, como siempre. Pasados enero y febrero, estábamos a primeros de marzo y casi nos llegaban ya los aromas de Semana Santa y Feria. Con todos los preparativos en marcha, en las casas, en las hermandades y en la ciudad. La portada y las casetas a medio montar y los palcos de la Plaza de San Francisco prácticamente terminados. Y como saben, de repente, nada de nada. Este año la primavera sevillana la hemos pasado en casa. Ni hemos gastado ni otros han podido tener ingresos. Ni túnicas y capirotes ni trajes de flamenca y sus avíos. Y en estos días, parafraseando el genial comienzo de La Regenta de Leopoldo Alas Clarín, la heroica ciudad, una vez dormida una ligera siesta, se prepara para salir a la calle. Aunque algunos, como ya olisquean las playas, quieren pasar de esta siesta obligada a las vacaciones deseadas. Creo que es un lujo que no nos podemos permitir. Hay muchas cosas que hacer para superar la difícil situación económica y social en la que vamos a despertar.

Y sin melancolía, porque si peligrosa es la añoranza de los tiempos y gozos perdidos, más puede serlo el fatalismo y el conformismo ante lo que se nos viene encima. Porque los días vienen unos tras otros, imparables.

Es la inercia del calendario. Al igual que a los cuerpos en las leyes físicas, también las ciudades y las sociedades necesitan fuerzas externas para modificar sus tendencias que vienen de años o de siglos. Y después del parón en seco, tenemos que estar dispuestos en la línea de salida, con todos nuestros recursos preparados para iniciar la carrera, porque los demás van a salir a toda mecha. Turismo, porque sin el turismo no salimos de ésta. Construcción, también. Y hostelería, para mover el dinero de bolsillo a mano todo lo que podamos. Conozca usted España, decían en los años sesenta, y ahora resulta que en todos los países de Europa están favoreciendo la misma idea que ya pusimos en marcha, con éxito, por cierto, en los tiempos del menú turístico. Pero necesitamos más corredores y mejor entrenados, industria, energía fotovoltaica, desarrollar las potencialidades del sector agroalimentario, con más y mejor investigación e innovación. Aportar valor añadido a la creatividad de los andaluces, artes plásticas, literatura, música, flamenco y artes escénicas y audiovisuales. Mejor vida en las ciudades, más verdes y con mejor movilidad. Mejor vida en nuestros pueblos con más accesibilidad a servicios de todo tipo y conexiones digitales. No, el año no está vencido y tenemos que luchar por ello.

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