Coinciden los que saben de eso que la ambientación de la serie televisiva La Peste es bastante fidedigna y que la Sevilla del imperio era así. Afortunadamente, la película no va acompañada de banda olorosa, pues el título se habría quedado en nada. Se huele la peste, insoportable, y se demuestra claramente lo que quizá haya permanecido en un segundo plano y es que cuando más miseria y hambre hubo en Sevilla fue cuando era puerta de Indias y considerada capital del mundo. Riqueza y pobreza conviviendo en una ciudad asolada cíclicamente por una epidemia que sembraba de muerte y de desunión la ciudad. Buena serie, ambientada en el más crudo realismo y con una apabullante promoción. Lo peor, una banda sonora que deja en el limbo muchos diálogos y una iluminación que, buscando el tenebrismo, hace que te dejes los ojos intentando ver invisibles.