ME preguntan con frecuencia por qué tengo tantos campos abiertos, dedicándome lo mismo a la televisión que a la prensa, escribiendo libros o incluso montando un café-bar para aprovechar mis horas libres. Supongo que, como nunca se sabe cuándo toca aquello de las "vacas flacas", engordando las de mi ganado, al final del desastre alguna sobrevivirá…

Lo mismo deben pensar quienes, sin saber dónde acabarán "poniendo el huevo", igual se presentan como modelos, diseñadoras de ropa, creadoras de perfumes, cantantes, actrices o incluso… ¡estrellas del musical! En dos palabras: Paris Hilton que, por atreverse, se asoma estos días a algunas pantallas cinematográficas en compañía de la ex mujer de Andrew Lloyd Webber -compositor, entre otras partituras, de El fantasma de la ópera o Evita-, Sarah Brightman.

El proyecto, llamado Repo!, es como para no perdérselo porque luego, una vez que pasa el momento de cada cosa, nunca se sabe el destino de dicho material. "La" Brightman, por ejemplo, ha hecho desaparecer de un portal de Internet una grabación robada de uno de sus videoclips donde, en pleno desierto y en mitad de sus angelicales trinos, un tropiezo la precipitaba duna abajo para el cachondeo de los que la rodean y, sobre todo, de los que -y me incluyo- tuvimos acceso a su corta exhibición pública. Y es que, pasar la vida entera fabricándose una imagen de divina y acabar tirada por la arena… como que no.

Claro que, la estampa de Antonia Dell'Atte la pasada cabalgata de Reyes en Sevilla, no se quedaba atrás puesto que, conforme la iban conociendo sus majestades y su séquito, más caramelos le caían encima. Una expectación que fue en aumento la tarde del lunes pasado y que convirtió a la italiana en la má fotografiada de una velada tras la que marchó al mismo restaurante que visitó Madonna durante su último concierto en la capital, San Marco, dando buena cuenta de los manjares de su tierra que en el local se sirven. Cada uno, al final, se organiza la vida como puede.