OPTANDO a campeón puede asegurarse una plaza para Champions, jugando a un lugar en Champions se abre un sinfín de posibilidades de que no se escape un puesto para estar en Copa de la UEFA, si se aspira a esto no es fácil que se corra peligro alguno y apostando por un puesto en tierra de nadie, el riesgo de perder la categoría no es ninguna utopía. También hay excepciones y una de ellas es muy reciente, pues el Zaragoza tenía en ataque a Oliveira, Diego Milito, Ewerthon y Sergio García, Aimar era el manija, optaba a un puesto para la Champions y, lo que son las cosas, esta tarde juega en Albacete.

Pero lo normal es que pase lo anterior y por eso hay que tener muy en cuenta las palabras de Manolo Jiménez. Ha dicho el controvertido entrenador del Sevilla que su equipo sólo mira al Barcelona, a ese líder intratable que ha convertido la Liga en un soliloquio en el que sólo se oye su voz. Dice Jiménez a través del aparato de propaganda que ha montado Del Nido que el Sevilla opta a todo y que no le preocupa lo más mínimo la entidad de los perseguidores. Sólo se mira al Barça y ahora que el equipo ya no tiene compromisos continentales con más razón y fundamentos puede permitirse ese lujo que es, en España, opositar al título de campeón liguero.

Sin duda alguna, ahora que se está a punto de doblar el ecuador del campeonato, el Sevilla debe ser el gran animador de la competición. Plantilla tiene de sobras y sólo hay que pedir que, por ejemplo, no le ocurra nada a Kanoute. El malí es el jugador franquicia del Sevilla, no estuvo en Génova y ya se vio cómo se le echó en falta. Es un jugador milagro que tuvo la gracia de marcar en todas las finales que ganó el Sevilla, que fueron, no se olvide, cinco. Por lo demás y sin el desgaste de los partidos europeos, el Sevilla está capacitado para mirar al horizonte más ambicioso y para contemplarse en el espejo más hermoso de la Liga, el Fútbol Club Barcelona.